viernes, 18 de marzo de 2011

El Estudiante de Medicina se sacrifica por sus pacientes.

El estudiante de medicina debe entender y comprender que su carrera es un sacrificio constante, sacrifica horas de vida en la biblioteca, salidas los fines de semana, relaciones interpersonales profundas y duraderas, trabajo, dinero, y tantas otras boludeces como el ir de shopping seguido o ir al peluquero más de 2 veces al año.

El estudiante de medicina debe sacrificarse por su paciente, un sacrificio que superará con creces las horas de guardias y las ausentes horas de sueño.


¿Como uno se sacrifica por el paciente? Con su cuerpo! Así es, les dejo el ejemplo de la semana anterior.


Era un día de guardia como cualquier otro sábado, [si, se nota que no tengo novia no? que cristiano rebelde que se sumergió en el ateismo iba a dedicar todos los sábados de su vida estudiantil a hacer guardias (gratis) en un hospital público por el simple "placer de aprender", si claramente de garchar ni hablar!]

Llega un pacientito con un cuadro complejo producto de sus antecedentes [irrelevantes a la historia] traido por su madre, el motivo de consulta fue "sensación constante de cansancio y sueño". A nivel de chequeo general antes de progresar con otros practicantes decidimos hacerle un glucotest [para empezar], al comentarle al chico como iba a ser el procedimiento [un pinchazo en un pulpejo] el pánico se apoderó de él [el pánico, no la violencia], los reproches a su madre "viste te dije que si me traías me iban a pinchar" demostró claramente no solo la no confianza en el sistema de salud, sino que la poca confianza que ganó su madre se iba a resquebrajar. Eso es un serio problema para la salud pública en el largo plazo, un paciente que no confía en el sistema de salud quedará en el futuro a la deriva, no cooperará y terminará mucho más grave.

Entonces es así cuando decidí ir más allá y sacrificarme, al instante frente al reproche a su madre fui a buscar una aguja [esteril obvio] igual a la que usamos para el glucotest y frente a él, mi paciente, le digo "Es un pinchazo, no duele nada! mirá!" mientras pincho mi dedo.

Un solo pinchazo, una sola gota de sangre, 100.000.000 de glóbulos rojos seguramente fueron sacrificados para ganar la confianza, para que este chico decida confiar en el sistema de salud, y así lo hizo al verme, decidió [no sin temor e intranquilidad] que yo le realice el simple pinchazo para constatar que todo estaba bien con sus signos vitales y presentarle el caso al médico clínico. Con la mano dura y sin mirar, permitió que le realice el pinchazo, vio que no era mucho, me comentó sobre el miedo que todos le tienen a las agujas, y que realmente no fue gran cosa.

Un pequeño sacrificio, un voto de confianza, una persona tranquila y una mejora futura a la salud pública. Todo, por un simple pinchazo. Ah, una sonrisa de oreja a oreja para mi como recompensa obvio!